Es increíble como cuando cierras un capítulo de tu vida y
puedes leer la historia desde afuera sin sentirte tú la protagonista, te das
cuenta de tantas y tantas cosas que hubieras cambiado, otras que hubieras hecho
y muchas más que hubieras dejado de hacer,
ahora es tarde, tarde para borrar los malos tragos, tantas lágrimas derramadas
sin merecer, tantos preparativos, ilusiones, tantas expectativas expuestas en
una sola cosa, pero ... ahora es el momento en el que puedo decir que ya no
estoy, por mucho que el mundo gire no lo estaré nunca más. Pues esta vez el
libro se cerró, y no sólo está cerrado sino que también lo he guardado en un
rincón oscuro de donde nunca nadie lo debió sacar, cerrado, como siempre debió
estar.
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