Siempre es preciso saber cuando se acaba una
etapa de la vida. Si insistis en permanecer en ella, más allá del tiempo
necesario, perdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando puertas, cerrando
capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos. Lo
importante es poder dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. No
podemos estar en el presente añorando el pasado, ni siquiera preguntándonos por
qué. Lo que pasó pasó, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser
niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes,
ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. Los hechos
pasan y hay que dejarlos ir, por eso, a veces es tan importante destruír
recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar
documentos, y vender o regalar libros. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la
vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar.
Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en
el presente. El pasado ya pasó. La vida está para adelante, nunca para atrás.
Porque si andás por la vida dejando puertas abiertas, por si acaso, nunca
podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. Cierra la puerta, pasa
la hoja, cierra el círculo. Es salud mental, amor por vos mismo desprender lo
que ya no está en tu vida.
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