La felicidad es un rayo, un chubasco que se va tan rápido como llegó. La felicidad es fugaz, no la vimos venir que ya se fue. No tuviste tiempo de ni ilusionarte con la felicidad que pasa una ráfaga que te deja perplejo, mas vacío y desnudo que antes.
Hay que aferrarse bien fuerte a la felicidad porque está hecha de aire, y rápidamente se nos puede escapar de las manos. La poca felicidad que podemos disfrutar nos cuesta muchísimo. Y todo ese esfuerzo da como resultado un minuto de felicidad, no nos da tiempo ni siquiera de ilusionarnos. Se va antes que podamos apreciarla.
Se va antes que podamos tratar de alargarla un poco más. Se va antes de quererla. Se va antes de disfrutarla.
La felicidad es algo raro. La querés tener todo el tiempo y el poco tiempo que la tenés no la disfrutás. La felicidad es algo que va y viene. Pero se va más rápido de lo que viene. Es algo que no se puede explicar. Es una sensación incomparable con cualquier otra. Es algo único. Vivimos para ser felices, para buscar la fórmula exacta e inexistente para encontrarla.
La felicidad no se compra, no sirve tener más para ser feliz. Lo que da felicidad es el amor.
Lo que recibimos y no es material nos da felicidad, el amor que recibimos nos da felicidad.
Pero dura poco.